Servicios a la comunidad >> En el pais

2019. Escuela N°5058 "Senador Emilio Eduardo Correa" y Escuela N°4379 "Padre Claret". Iruya - Salta


A fines de 2018 , después de un año de mucho trabajo, llegó la hora de decidir que íbamos a hacer para el servicio de fin de año. La comunidad era más numerosa de lo normal y todos aspirabamos a lo grande. Por eso decidimos pintar no solo una escuela sino dos, la Escuela "Senador Emilio Eduardo Correa" y la Escuela "Padre Claret", ambas en Iruya, Salta.
Cuando por fin llegó el día ya todo estaba perfectamente organizado, teníamos todo lo que necesitábamos y muchas ganas de dejar el mundo un poco mejor de cómo lo encontramos.
El vuelo a Jujuy fue corto y al llegar nos encontramos con un compañero scout que nos había ofrecido su casa para pasar la noche. Al día siguiente, después de algunos consejos de los expertos, y con el botiquín lleno de dramamine y hojas de coca, emprendimos nuestro viaje a Iruya, rezando para no apunarnos.
Aunque la mayoria nos salvamos, la altura se cobró algunas víctimas, que por un par de horas estuvieron con náuseas y dolores de cabeza, pero después de un rato y mucho té de coca, ya todos estábamos listos para trabajar.
Y había mucho trabajo: además de lijar y pintar toda la escuela, había que colocar la media sombra, y eso sin contar la primaria. Así que nos pusimos manos a la obra y trabajamos intensamente varios días.
Cuando casi estábamos terminando creímos que nos merecíamos un descanso y aprovechamos para conocer un poco más de Iruya. El "descanso" resultó ser una caminata de 20 kilómetros de subidas y bajadas que nos dejó a todos destruidos, pero que valió la pena por los paisajes increíbles que pudimos ver y todo lo que aprendimos con nuestro guía.
Después de eso empezamos con la otra escuela, en donde había que hacer menos cosas y terminamos en sólo tres días. Aprovechamos el espacio que había para invitar a todos los alumnos de la primaria a jugar con nosotros una tarde. Los chicos se fueron acercando, primero tímidamente y después agarraron confianza. Jugamos, hicimos pulseras y pasamos una hermosa tarde tratando de transmitir lo que hacemos y contagiarles nuestras ganas de hacer un mundo mejor.
Terminado todo el trabajo, tuvimos que despedirnos de Iruya para continuar con nuestro campamento en San Salvador de Jujuy.
El diez de enero llegamos a Purmamarca y fuimos al camping "lo de pepe". Los chicos de la última camada ya se habían quedado en este mismo camping cuatro años atrás, en su primer servicio. Pepe y su familia fueron muy amables con nosotros y hasta nos abrieron las puertas de su casa para que comamos más calentitos. Aprovechamos los días que estuvimos en Purmamarca para comprar algunos regalos para nuestra familia y obviamente hacer el famoso camino de los siete colores.
Partimos para Yala, una localidad de Jujuy que se encuentra solo a 12 kilómetros de San salvador pero tiene un paisaje completamente diferente. Allí hicimos otra caminata hacia un lugar del que todos nos quedamos enamorados: el Angosto de Jaire, un estrecho de un kilómetro de largo y aproximadamente un metro de ancho con un clima húmedo y selvático donde tuvimos que hacer una caminata corta pero muy desafiante y divertida.
Cerramos el campamento con una hermosa velada de corazones abiertos, llena de llantos, risas, sentimientos y despedidas en la que todos pudimos agradecer por los 15 días hermosos que compartimos.
El 16 de enero, después de bailar y hacer el ridículo en el aeropuerto, volvimos a Buenos Aires y nos reencontramos con nuestras familias que esperaban ansiosas para escuchar todo lo que teníamos para contarles del increíble viaje que vivimos.


VER GALERIA DE IMAGENES